domingo, 31 de marzo de 2013

¡Vamos por la Reforma Curricular!


Estamos orgullosos de pertenecer, probablemente, a la mejor casa de estudios y a la mejor facultad de economía y negocios del país. Sin embargo, no por eso  debemos estar conformes con la formación que recibimos: podemos y debemos entregar mucho más; es posible construir una facultad de excelencia, y que esa excelencia tenga como norte un compromiso irrenunciable con las grandes mayorías de Chile.

¿Hacia dónde debe ir nuestra formación?

Necesitamos profesionales críticos y transformadores, que conozcan las distintas formas de entender nuestras disciplinas. En la administración no solamente prepararnos para la gestión de grandes empresas, sino también para emprender e innovar, para trabajar en PYMES, ONG o en el sector público. En economía generar una amplitud teórica, incorporando al estudio visiones alternativas al modelo neoclásico, por ejemplo enfoques keynesianos, estructuralistas (cepalianos) y recuperar a los clásicos (Smith, Ricardo, Marx, entre otros).

Entender a la economía y a la administración como ciencias sociales y que por tanto deben vincularse con otras disciplinas, como la sociología, la psicología, la historia y la epistemología. 

Acercarnos a la realidad de nuestro país y enfrentar los grandes temas que afectan a la sociedad, como la desigualdad, posesión y agotamiento de los recursos naturales, problemas medioambientales, entre otros.

De esta forma prepararnos para pensar y construir país, y no reproducir mecánicamente un modelo.

Debemos además aprovechar el tiempo que tenemos y por eso estructurar nuestra carrera de forma eficiente. Para eso considero necesario eliminar tópicos repetidos y acortar un plan común que es innecesariamente extenso.

¿Cómo avanzamos?

Para realizar los cambios que nuestra carrera requiere, se llevará adelante una reforma curricular. El primer paso que debemos dar en ese sentido es definir como estudiantes hacia dónde debe ir nuestra formación y por tanto qué lineamientos debe tener esta reforma. Esto lo discutiremos en una primera jornada amplia este miércoles 30 de mayo.

La invitación está hecha para que todas y todos participemos y seamos parte de la toma de decisiones tan importantes como esta. Aún no está nada decidido y nuestra opinión no puede quedar afuera. El proceso lo hacemos entre todos, así que ¡vamos por la reforma!

Irací Hassler
Estudiante de cuarto año de la mención economía
Concejera de Escuela de Ingeniería Comercial


Publicación original 28 de mayo de 2012

Programa Consejera de Escuela 2011-2012


Hola a todas y todos

Como la mayoría sabrá, los días lunes 24 y martes 25 de octubre son las elecciones de mesa de centro de estudiantes, delegados de generación y consejeros de escuela de ingeniería comercial. Yo soy candidata por la lista A "ahora es cuando" a consejera de escuela. Primero me gustaría contarles lo que significa este espacio, y luego el trabajo que queremos llevar adelante en él.


¿Qué es el Consejo de Escuela?

El Consejo de Escuela, es un órgano en el que participan académicos y estudiantes, quienes actúan como consejeros del Director de Escuela. Ellos discuten y participan de las decisiones sobre la docencia y los asuntos académicos de nuestra carrera.  En este espacio los estudiantes tenemos voz y voto,  lo que es un tremendo avance, pero a la vez una responsabilidad que debemos asumir con seriedad y altura de miras.

Es el espacio para lograr que nuestra universidad efectivamente responda a los problemas y necesidades de la sociedad, profundizando la excelencia con compromiso que inspira a nuestra casa de estudios.

Este organismo, de acuerdo a los estatutos de la Universidad está conformado por los directores de las carreras, por representantes de académicos de pregrado y por estudiantes que serán elegidos democráticamente durante el proceso eleccionario correspondiente. Este consejo debe ocuparse específicamente de la situación de los planes de estudio y de la evaluación de la docencia impartida en las carreras.

El espacio en el Consejo de Escuela es un mecanismo importantísimo de empoderamiento estudiantil, y un espacio que debe ser ocupado por todos, ya que presenta enormes posibilidades para la manifestación de la voz conjunta de los estudiantes de nuestra facultad. Es por ello que el compromiso que abordo como candidata, es a ser un nexo real entre los estudiantes organizados y el Consejo de Escuela. 

Por ello me comprometo a desempeñar mi cargo con toda la responsabilidad que esto implica, estando en completa disposición para escuchar y apoyar las inquietudes de los estudiantes, tanto en temas administrativos como también en aquellos académicos de todo tipo.

¿Cuál es nuestra visión?

En primer lugar consideramos que los estudiantes somos fundamentales para llevar adelante los cambios curriculares en nuestra facultad. Por lo mismo todo lo que se plantee en el Consejo de Escuela debe provenir de jornadas amplias de discusión en que seamos todos los estudiantes quienes definamos el rumbo que debe seguir nuestra facultad.

Lo anterior no quita que yo, y  la lista a la que represento, tengamos una visión de cómo debiese ser nuestra formación y cómo avanzar hacia una facultad comprometida al servicio de las grandes mayorías, formando profesionales críticos y transformadores, preparados para enfrentar los grandes temas país: la desigualdad, problemas medioambientales, el agotamiento de los recursos naturales, entre otros. La excelencia de nuestra casa de estudios no puede ser entendida si ésta no es con un compromiso con la sociedad.

Para ello, debemos entender que tanto la administración como la economía son ciencias sociales, frutos de un desarrollo histórico, cuyo agente de estudio es el ser humano y la sociedad y por lo tanto no tienen verdades incuestionables. Debe incluirse el estudio de disciplinas como la sociología, psicología, antropología, epistemología, historia, etc., como una línea troncal en nuestra carrera, así como lo es por ejemplo la matemática.

En el estudio de la administración, debemos dar un giro desde la formación para la gestión de grandes empresas, hacia una formación más amplia. Debemos potenciar el emprendimiento y la innovación, y el vínculo con las PYMES, ONG y el sector público.

En el estudio de la economía se requiere una mayor amplitud teórica, incorporando las distintas visiones alternativas al modelo neoclásico, por ejemplo los enfoques keynesianos, estructuralistas (cepalianos), y la recuperación de ‘los clásicos’ (Smith, Ricardo, Marx, entre otros).  Además de potenciar el estudio de la historia económica, mundial y nacional.

¿Qué proponemos?

 Para lo anterior es necesario  recuperar el proceso de reforma del pregrado que debe nuevamente incorporar una activa participación estudiantil, con derecho a voz y voto en las instancias correspondientes. Las mallas de la universidad deben cambiar de aquí al 2014, por lo que es urgente comenzar este proceso en FEN. Todo esto en el entendido que es necesario reforzar el pregrado, que debe ser capaz de habilitar a los estudiantes para su desempeño laboral, incorporando los elementos descritos arriba.

Además consideramos que el actual plan común es demasiado extenso, quitando espacio para la necesaria especialización y desarrollo de nuestras habilidades. Por ello el plan común debe acortarse, de modo tal que se mejoren los contenidos ya existentes y se eliminen los que se repiten.

Entendiendo que el diálogo entre profesores y estudiantes es de suma relevancia para construir facultad, y que es necesario acercar visiones entre ambos estamentos, impulsaremos más instancias como las asambleas entre profesores y estudiantes que surgieron después del paro.

Otro elemento importante para avanzar en los cambios que se requieren es la generación de conocimiento y la extensión de éste a la comunidad. En ese sentido proponemos potenciar la tesis, para que sea un aporte a la disciplina y al país. Además proponemos la financiación de aquellas que vayan en directo beneficio de la sociedad, en apoyo a organizaciones sociales, municipalidades, etc. Proponemos también potenciar las prácticas no sólo en grandes empresas sino que en el sector público, PYMES o centros de estudio. Por último, reconociendo que la investigación académica es fundamental en la universidad,  debemos fomentarla, en el trabajo conjunto entre estudiantes y profesores desde los primeros años, pero también debemos establecer ejes prioritarios que estén orientados en dar solución a las problemáticas país. En ese sentido, valoramos el trabajo de las comisiones ad-hoc y lo seguiremos potenciando desde el Consejo de Escuela.


Publicación original 17 de octubre de 2011

Sobre el movimiento estudiantil y nuestra responsabilidad


A quienes están en contra del movimiento estudiantil, a quienes dicen que no es la forma, a quienes llaman a volver a clases. A quienes no están ni ahí, a quienes no están seguros. También a quienes apoyan y a los que ponen sus energías y pensamientos en cambiar la educación de nuestro país, porque nunca está demás reafirmas nuestras convicciones, me gustaría dedicarles unas palabras.

Tenemos frente a nuestros ojos el movimiento ciudadano más grande desde la vuelta a la democracia. Grande en cantidad de personas en las marchas, convocando hasta 400 ó 500 mil personas a lo largo del país. Pero no sólo eso. Grande en creatividad, en encontrar distintas formas de expresión y de manifestación. Grande en la capacidad que ha tenido de plasmar las distintas habilidades de las personas en hechos concretos. Esto, a mi modo de ver, ha sido clave en tener un movimiento inclusivo y transversal. Los deportistas (y no tanto) han podido correr alrededor de la moneda. Los enamorados y por enamorarse han podido besarse de forma colectiva llamando la atención de un país conservador. Los más ñoños han estudiado la factibilidad de las demandas estudiantiles y han analizado exhaustivamente las respuestas del gobierno. La música y el arte nos han acompañado en todo este proceso. Toda la familia ha podido hacer su aporte a través de los cacerolazos que escuchamos en las noches. Sería difícil y muy largo recordar todas las actividades que hemos realizado para mostrar nuestro descontento con el sistema educativo y para hacer llegar nuestras demandas a la sociedad y al gobierno. También ha sido grande en apoyo de los estudiantes, de los profesores y de las familias. En la legitimidad de sus demandas y en la necesidad de transformación que tiene todo el país para ser más libre e igualitario.

Ha habido otros grandes movimientos a lo largo de la historia. Mayo del 68 en Francia es un buen ejemplo, o la Reforma Universitaria que vivimos en Chile durante el mismo período. En esta última, los estudiantes planteaban una relación más estrecha entre la universidad y los problemas de la sociedad, y la participación de la comunidad universitaria en las decisiones de la institución, entre otros.

Empecé a escribir esto, porque estaba pensando justamente en lo triste que debe ser, haber vivido en esa época, y no haber sido parte de los lindos procesos que llevó a cabo la sociedad. Más aún: ¿cómo le dirán a sus hijos, cuando les pregunten curiosos por estos movimientos transformadores, que no estaban ni ahí, o que estaban en contra? ¿Cómo les explicarán que el país avanzaba hacia un mundo mejor, y que ellos se dedicaban a seguir su vida? O peor, que se dedicaban a frenar los cambios que el país necesitaba.

A aquellos que dicen estar de acuerdo con el trabajo, con las discusiones, pero que la forma no es la correcta, les pregunto: ¿Qué han hecho ustedes por la educación de nuestro país? Si tienen una receta mágica, distinta a las tradicionales que ha habido a lo largo de la historia, ¿por qué no nos la muestran?

Hoy día Chile necesita cambios estructurales en la educación. Tenemos un sistema en crisis, en que la educación es un derecho en el papel, pero en la práctica esto no está garantizado por el Estado. El acceso y el financiamiento a las instituciones desde la pre-básica hasta la universitaria, son injustos y discriminadores.  Sistema en que quienes estudian deben vivir endeudados para pagarlo. En que bajo las lógicas del autofinanciamiento, la educación acaba estando al servicio del mercado y no de las necesidades del país.

Simplemente quiero, en este contexto, hacerles un llamado a que seamos parte de este proceso de cambio. A que no seamos indiferentes, a que no nos quedemos en peleas chicas, a que no miremos hacia atrás el día de mañana, y pensemos que podríamos haber hecho la diferencia. Esto lo podemos y debemos hacer hoy. No es momento de bajar los brazos, sino de dar lo mejor de nosotros, con más fuerza y convicción. Me gustaría invitar a cada uno de los que lea este pequeño texto, a que en su espacio y con sus capacidades, de la forma que pueda, sea parte activa de este gran movimiento social. Depende de nosotros cambiar la educación de nuestro país. ¡Hagámonos cargo!


Publicación original 19 de agosto de 2011

Del modelo económico chileno


El mito de la economía chilena

Muchos hemos escuchado hablar del milagro económico de Chile. Con convicción decimos que estamos en vías de desarrollo e incluso, con aires de superioridad, decimos que somos los jaguares de Latinoamérica.

La verdad es que Chile es un país estable, la inflación está controlada y tiene un relativamente alto crecimiento económico. El PIB per cápita es alto en comparación a algunos países de la región. Además, hay grandes empresas, bastante tecnología, nuevas carreteras, autos, enormes centros comerciales…

Y bueno, podemos construir muchos indicadores macroeconómicos que muestren “lo bien” que está la economía chilena, que nos permitan mirar desde arriba a todos estos países bananeros que, imagínense, en pleno siglo XXI usan caminos de tierra, viven en el campo y visten ropas indígenas… se nota que no siguen la moda de Nueva York o de París. “No como en Chile”, pensamos orgullosos.

¿De dónde viene?

Vivimos, probablemente, en el país más neoliberal del mundo. Ni los ingleses ni los gringos se han atrevido a seguir tan fielmente los principios de la libertad económica que profesan, ni han sido tan ilusos en creer que la búsqueda del bienestar individual llevará al mejor resultado para la sociedad en su conjunto. Los Chicago Boys – estudiantes de economía en la Universidad de Chicago bajo las ideas de Milton Friedman – trajeron durante la dictadura sus políticas a nuestro país y experimentaron así todas sus teorías. El resultado lo vemos hoy.

De todas formas, no debemos preocuparnos: al menos la teoría está de nuestro lado. Hay un trade-off – una disyuntiva – entre equidad y eficiencia. Por eso, si nos preocupamos más de la equidad (cómo se reparte la torta), tendremos problemas de eficiencia (y con esto una menor torta que repartir). Entonces, aparece una solución: la famosa teoría del chorreo. Esto simplemente consiste en que si hay mayores riquezas, algo le llegará a la gente.

Así, dejamos en un segundo (tercer, cuarto, quinto) plano el incómodo problema de la equidad, y nos ponemos como principal objetivo económico la eficiencia. La mejor manera de conseguirlo, es dejando que cada uno busque su bienestar propio, sin intervención estatal, con lo que maximizaremos el bienestar de toda la sociedad. El país del “sálvese quien pueda”, como dijeron por ahí. Claro, podemos, de vez en cuando, corregir una que otra falla de mercado: unos bonos de carbono por aquí y nos sentimos más ecológicos, otra transferencia por acá y algunas personas estarán más contentas…

¿Es lo que queremos?

Pero, ¿es ese el milagro chileno? ¿Es, por ejemplo, tener un mall gigante lleno de tiendas invitando al consumo un “buen” país económicamente?

El otro día un mechón de FEN se acerca y me dice: “Es que los otros sistemas económicos no funcionaron. Por eso ahora tenemos el capitalismo”. Yo me pregunto, ¿acaso este sistema sí funciona? O la pregunta debiera ser, este sistema económico, ¿para quién funciona?

No es suficiente

La ciudadanía chilena hoy nos dice que no es suficiente. Vemos en las calles un pueblo insatisfecho, descontento con la sociedad que construyeron sin preguntarle, dominada por la injusticia y la inequidad. Una sociedad en que los derechos básicos de todos no están garantizados y unos pocos viven a costa de las grandes mayorías.

Cientos de miles de personas se organizan y dicen que no están de acuerdo con la educación que tenemos, ni con el regalo que hacemos de nuestros recursos naturales, como el cobre, ni con el trato que le damos al medioambiente.

Hemos perseguido incansablemente un modelo económico eficiente y hoy sólo tenemos una sociedad descontenta frente a un trato desigual. Tenemos ante nuestros ojos el agotamiento, el colapso, la crisis del modelo neoliberal.

Al mismo tiempo, vemos la fuerza de cambio. Las condiciones en las que nos relacionamos no se condicen con los anhelos de nuestra sociedad, y no estamos dispuestos a perpetuarlo por más tiempo. Confío en que podemos hacerlo: transformaremos la realidad para un mundo distinto.


Publicación original 17 de agosto de 2011